jueves, 5 de noviembre de 2009

El mío.

El mío es muy largo, calvo y solo tiene un ojo, pero le tengo mucho cariño. Ya he perdido la cuenta de las horas que me he pasado jugando con él y a pesar de los años transcurridos desde que tuve conciencia de que existía, nunca pasa mucho tiempo hasta que vuelvo a cogerlo, es verlo y ver la diversión personificada.


Por suerte jugar con él puede llevar el rato que quiera, desde un asalto rapidito de 5 minutos hasta las horas en que puede durar firme, sin caer más de 2 o 3 veces. (No dudéis de mi palabra, con práctica es posible)


Al principio prefería jugar con otros, pero a la que aprendí a manejarlo ya nunca más volví a cambiar. Bueno, algún pequeño idilio con algún otro, pero nada importante porqué se que él no es celoso.

Aún recuerdo las colas que se formaban en los recreativos por verlo en acción.

Con él seria capaz de pegarle una paliza a mucha gente, 2 o 3 golpes suyos y estaríais besando el suelo en menos que canta un gallo. A pesar de su edad él se mantiene en plena forma, duro como una roca.

No miento, comprobadlo vosotros mismos.





Sagat, mi luchador preferido del Street Fighter.

¿O que pensabais?

2 comentarios:

Tatiana Alejandra de Castro Pérez dijo...

Que gran entrada XD

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.